Guillermo Rivera llegó al banco del Marte sin otra estrategia que meterle al trabajo, y su plantel le dio la respuesta de aplicación, de generosidad para salir a pelear cada choque, y el nivel de juego alcanzado le ha dado al cuadro carabinero el perfil de rival digno.
Ha sido su mejor inicio de torneo en varios años, y la cara que muestra en cada partido refleja una decisión de sus hombres en seguir por ese camino. Eso lo vimos en su último partido frente al Firpo, cuando rompió los moldes de la especulación para salir a pelear el partido atrevido.
Eso lo llevó a taparle la salida a los pamperos con un “pressing” ofensivo que pocos equipos nacionales realizan, y a partir de ahí se convirtió en propietario de todas las acciones positivas que tuvo el partido.
Atrás quedaron las dudas que aparecieron en aquel empate frente al Dragón, y en aquella victoria aflictiva conseguida ante el Juventud Independiente, porque la soltura y disposición de sus hombres le dieron sello de solvencia.
No hay duda que esto del Marte es consecuencia de lo que predica su técnico: la conjunción de experiencia con juventud.
Porque tras la pérdida de jugadores importantes como Aníbal Parada y Gilberto Baires, Memo Rivera le abrió espacio a hombres como Marcelo Tejeda, Wilson Rugamas, Otoniel Salinas y Mario Castellanos, y encontró la velocidad mental y física que el equipo necesitaba.
Por todo esto es que considero que el cuadro marciano va a continuar siendo un rival difícil para cualquiera.
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