Atlético Marte fue ambicioso ayer en el estadio Barraza y no quiso que su destino fuera la derrota, luchó y consiguió un merecido empate 1-1 en un juego que ya parecía perdido, para seguir invicto en el torneo.

El partido tuvo dos caras. En el primer tiempo, fue el Águila el claro dominador de las acciones, y tras un inicio frío fue aumentando la intensidad de sus aproximaciones a medida avanzaba el encuentro, en su mayoría con llegadas de parte de Jonathan Águila, que estaba siendo sacrificado adelante, pero estaba dando efecto, en la medida que Gilberto Baires empezó a alimentarlo y su compañero Héctor Amarilla se fue encontrando en el juego.

El Marte tuvo su única llegada del primer tiempo a través de un tiro libre cobrado desde la derecha que fue cabeceado por Kenny Lemus, siendo su cabezazo contenido por una buena estirada del debutante Josué Coreas.

Sin embargo, la insistencia seguía siendo de parte del cuadro emplumado, lo cual tuvo su recompensa, ya que, aunque no eran muy peligrosas, las llegadas del Águila eran verdaderamente insistentes.

Al '31 el Águila encontró el gol que le dio la ventaja. Julio Martínez envió el centro que encontró solo a Héctor Amarilla, quien en posición acrobática puso la pelota en el fondo de la red, y la alegría para la afición emplumada, que creció con esta anotación.

Los emplumados crecieron dentro de la cancha y Gilberto Baires empezó a ser cada vez más relevante en su función creativa, mientras que Amarilla siguió intentándolo, pero ya no volvió a pesar dentro de la cancha.

Para el segundo tiempo fue el Marte el que se apoderó de las acciones del juego y estuvo a punto de lograr el empate en varias ocasiones, aunque las constantes fallas en la definición se lo impidieron hasta que ya estaba cerca del final del partido.

El primer remate de la segunda mitad del Marte fue precisamente del recién ingresado Otoniel Salinas, que recibió una pelota en la entrada del área y remató con dirección a marco, con la estupenda tapada de Coreas.

Los marcianos siguieron intentando, pero les estaba siendo imposible concretar el gol, hasta que en los minutos finales logró el empate, por medio de la jugada que había estado ensayando durante todo el partido.

Mazzia tomó la pelota en un costado del área, levantó la cabeza ante la pasividad de la defensa aguilucha, que permitió que centrara y encontrara a Salinas, elevándose sobre la marca de Henry Romero, la pelota picó y se coló con el poste derecho de Coreas. Baldazo de agua fría para los aficionados emplumados, que acariciaban la primera victoria.