Lo del equipo marciano no debe catalogarse como sorpresa, sino fruto de un trabajo de base y apuesta por los valores hechos en casa.

Sin duda que el Atlético Marte vive uno de sus mejores arranques de torneo gracias al buen entendimiento entre sus líneas, y al entendimiento de su dirigencia que apostándole a la juventud y “continuidad” los resultados tarde o temprano llegarán.

El segundo lugar en la tabla de posiciones luego de cuatro jornadas disputadas del Apertura 2013 ratifica mis palabras en el sentido que con jugadores sin tanto renombre en sus filas están haciendo bien las cosas.

La apuesta  por  jugadores hechos en casa o refuerzos de no tan alto perfil que han sabido aportarle al Atlético Marte en este certamen el punto de inflexión necesario para convertirse en un equipo fresco, lleno de vida, garra, buen toque de balón y capacitado para desnudar a sus rivales, como fue el caso ante el actual monarca, Luis Ángel Firpo el domingo pasado, al que derrotó con baile incluido 2-0.

Mucho tiene que ver en esto la mano del profesor Guillermo Rivera, quien llegó para este torneo al equipo bombardero que parecía desarmado tras la salida jugadores claves como Aníbal Parada en defensa; Gilberto Baires en el medio y César Larios en la delantera. Valiosos pero no indispensables como él lo manifestó en pretemporada.

Y vaya que tenía razón, porque la salida de estos jugadores facilitó el despliegue futbolístico en este nuevo certamen de Kenny Lemus, Érick Molina, Íbsen Castro, Allan Fernández y  Gonzalo Mazzia, entre otros.

Aplaudo las palabras del técnico Rivera, quien asegura que “tenemos los pies sobre la tierra”, y más todavía porque sabe con la calidad con la que cuenta y añade que “estamos  satisfechos por el arranque que se ha tenido, es un torneo en el que el Marte no será un rival fácil”. Ya son cuatro jornadas que ratifican para bien que hay vida en Marte.